Participación Social en Venezuela
“El movimiento popular está
allí, vivo, y necesita de quien(es) lo estudie(n), lo fotografíe(n),
con el sentido de orientarlo, de darle luz, de avisar el camino…”
Ramos, C.
El Movimiento Popular en Venezuela. Revista SIC Nº 499,
1987. El Movimiento Popular Venezolano (MP) no nace en 1999. Las
décadas de los 70 y 80, para mencionar un periodo de tiempo más
cercano, fueron momentos de auge y declive de las organizaciones
populares y por consecuencia del MP. La década de los 70 bien se
podría caracterizar como un periodo de auge considerable de lo
organizativo popular.
Muchas organizaciones
populares tuvieron su nacimiento y momento estelar en esta época.
Sus dinámicas estaban marcadas por la autonomía, las prácticas
democráticas y elevados niveles de participación. Sus “programas
de luchas” estaban fuertemente impregnados por demandas de carácter
reivindicativo, con actividades de intercambio de experiencias y
formas de coordinación. En no muy pocos casos se realizaron
planteamientos que trascendían lo social-reivindicativo para
proponer transformaciones en la formación social venezolana.
A finales de la misma década,
el MP se vería seriamente afectado por el modo como las diferentes
administraciones del estado manejaron la bonanza petrolera para ese
entonces. Las muy variadas demandas de los sectores populares fueron
acalladas por una avalancha de recursos financieros quitándole
fuerza al conjunto de reivindicaciones y demandas que habían
sostenido las diversas organizaciones y actores políticos populares.
Parte de la renta petrolera fue usada para anular todo tipo disenso y
crear consensos socio-político artificial mediante la conciliación
populista de intereses por parte de las élites que manejaban al
estado.
Desde el plano político se
podría mencionar la creación de asociaciones de vecinos que no sólo
desplazaron a las organizaciones populares sino también la
cooptación por parte de los partidos gobernantes de esas
organizaciones más de tipo vecinal y el esfuerzo que se realizó
desde los partidos políticos en el poder por ilegitimar otras
expresiones organizativas populares. Además de las propias fallas
que fueron surgiendo en el propio seno del MP con efectos
debilitadores. A lo largo de la década de los 80 lo que era el MP se
encontraba en situación de dispersión, debilitamiento,
fragmentación.
Se había llegado a una
situación de retroceso en las formas organizativas populares. Las
posibilidades de constituirse en una alternativa real de bloque
contra hegemónico se veían cada vez más alejadas. A ello habría
que añadir el creciente descontento de los sectores populares hacia
lo político y al retraimiento de la participación en las
actividades políticas. Los sucesos producidos en lo que
convencionalmente se ha dado llamar el Caracazo, que bien se podría
caracterizar como una explosión violenta de los sectores subalternos
que no poseían otros modos orgánicos dentro de la institucionalidad
estatal para manifestar sus demandas sobre necesidades postergadas.
Todo el tramado institucional
del Estado y de la formación social venezolana estaba fuertemente
estremecido en su totalidad. La pérdida de consensos sociopolíticos,
agotamiento de la democracia de corte liberal (procedimental) y su
forma de representación a través de élites políticas centradas en
formaciones-organizativas de partidos; apropiación de la renta
petrolera por parte de élites colocadas en una situación
privilegiada en la órbita de los administradores del Estado. Esta
situación que prolongada en el tiempo generó serios problemas como
el de la exclusión social progresiva de la población en general,
agravándose en sectores sociales específicos.
Todos estos elementos conforma
el cuadro general de lo que llamo una crisis orgánica de la
formación social venezolana. La década de los 90 marca un punto de
inflexión en la historia política nacional. Se inicia el
resurgimiento de las organizaciones populares. Un renacer lento,
progresivo, superando antiguos vicios, con planteamientos de
horizontes políticos distintos ante la pérdida de referentes
sistémicos que de alguna manera tuvieron su influencia en el MP. Las
movilizaciones populares tienen un incremento significativo, con un
fuerte matiz reivindicativo.